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Pasando la antorcha. El inicio del Cachascán y «Los Colosos»

Coliseo Amauta. Foto: arkivperu.com

Coliseo Amauta. Foto: arkivperu.com

Decir «Los Colosos del Catch» no levantará una ceja en la generación que nació en los años 90, pero nuestros padres y abuelos conocen de sobra ese nombre. Ese nombre es para ellos lo que para ti es RAW y nuestra lucha libre es descendiente de aquellos días de gloria. Conoce parte de su historia a continuación.

«El Yanqui». Foto de arkivperu.com

Si bien no existe una fecha exacta sobre cuándo se inició la lucha libre en Perú, sabemos que en los años 50 ya había llegado al país como «Cachascán» (derivado de la palabra inglesa «Catch as you can» o «agárrate como puedas») y de ello puede dar fe la recordada «Carpa Grau», local que reunía cientos de seguidores de este espectáculo novedoso y que tuvo en «Aquamán» y «El Yanqui» máximos representantes de aquella época.

La lucha libre se popularizaba en varios países americanos cuando llamó la atención de un empresario, organizador de eventos de box, que conocía el potencial gracias a la experiencia mexicana, el lugar donde hombres como «El Santo» o «Blue Demon» se forjarían como leyendas.

Este empresario era Max Aguirre, una institución en el negocio del espectáculo deportivo. Es así que ordena la escena luchística siendo una de sus primeras acciones organizar eventos en el Coliseo Amauta, una imponente estructura para 20 mil personas que bien pudo servir de inspiración para el nombre «Coloso». El Coliseo Amauta nació en 1946 como una fallida plaza de toros, fue techado y relanzado en 1968 como coliseo cerrado pasando por diferentes manos privadas desde entonces.

Don Max no tenía una escuela o galpón para formar luchadores, al inicio contrató los servicios (booking) de los exponentes activos más conocidos, guerreros del «Luna Park» o el «Puente del Ejército». Bajo su dirección el cachascán se convirtió en un fenómeno de masas rivalizando con el fútbol y sus estrellas quienes no comprendían cómo una «atracción de feria» podía tener tantos seguidores.

Bajo este contexto se inicia la transmisión de «Los Colosos del Catch» a través de Panamericana Televisión. El libro “Pintor de Lavoes” del periodista Luis Miranda documenta este hecho. Cuenta la historia que cada capítulo de «Los Colosos» se transmitía los domingos en horario estelar logrando altos índices de audiencia y los resultados eran tema de conversación durante la semana.

El Vikingo. Foto: arkiv.com

El máximo referente de esta época dorada fue el legendario «Vikingo», un luchador rudo que se ganaba el odio del público por las trampas que hacía en el ring mientras su alterego, un caballero de apellido Verano, ganaba respeto de colegas y promotores fuera de las luces del coliseo.

Cuenta la leyenda que, cierto día, El Vikingo mantuvo una disputa amical con Max Aguirre tras un evento en Cusco, el luchador llegó a apostar su paga contra toda la taquilla en un juego de cartas. La leyenda afirma que el Vikingo ganó y don Max, hombre de palabra, cedió toda la taquilla al rudo quien celebró junto a sus colegas con un banquete.

Si hasta ahora sientes que hablo de un universo paralelo, es justo que sepas que esto pasó en tu país. Y también es justo que sepas dónde inició el final: El artículo “En vivo y en directo. Una historia de la televisión peruana”, de Fernando Vivas, narra que «Los Colosos del Catch» fue víctima de una conspiración política cuando el movimiento culturista de la prensa de izquierda luchó por censurarlo. Logran su objetivo en 1973 cuando el programa es cancelando por presión del gobierno militar.

Para bien o para mal, esto sucedió tras el recordado enfrentamiento entre El Vikingo y el comediante Hugo Muñoz de Baratta, «Mon Cheri», hecho señalado como el inicio de la debacle del Cachascán pues esto marcó la participación de cómicos en la lucha libre. Tras Mon Cherí llegó Melcochita y el respeto por el ring se fue perdiendo poco a poco.

Ante la oposición del gobierno y las condiciones del canal de mantener cómicos en eventos estelares, Max Aguirre se dedicó a eventos no televisados en todo el Perú hasta su muerte a finales de los 70. El Amauta cerraba sus puertas, la lucha libre perdía a su más grande impulsador y las pugnas por ocupar el trono desmembró poco a poco lo ganado. El Sindicato Único de Luchadores del Perú no tomó partido por ningún empresario, incluso se fortaleció con la coyuntura llegando a detener eventos a poco de iniciar.

Este panorama no auguraba nada bueno para el cachascán. ¿Qué sería del Cachascán y «Los Colosos del Catch» en los años 80? El cambio político y social traería nuevos vientos, pero ¿serían los más favorables?

Fuentes:

Los Colosos que no volverán de Carlos García
Los Colosos del Catch peruano de Jaime Bedoya
WWE y su versión peruana que causó furor en la década de 1970 de Depor.Pe
Las luchas espectaculares entre los colosos del ring de Arkiv.com

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4 thoughts on “Pasando la antorcha. El inicio del Cachascán y «Los Colosos»”

  1. No se olviden del Zorro , que el presentador de la época decía «con ustedes el zouroooo»

    1. glldice dice:

      Gracias por compartir esta información Julio, es muy valiosa ya que los nombres de estas leyendas deben ser preservados porque les debemos tanto.

  2. juan Aleman dice:

    El 03 de Abril del 2016 falleció mi abuelo, uno de los grandes de la época dorada del Cachascán conocido como «Aquamán», descansa en paz y al lado del Señor, te extrañaremos muchisimo abuelo. Nos dejo todos sus recuerdos cuando luchaba en la Carpa Grau y otros lugares…. Gracias

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